23 DE FEBRERO DE 2022 – La concentración militar, la agresión y el reciente reconocimiento formal de las Repúblicas Populares de Donetsk y Luhansk como estados independientes por parte del gobierno ruso han aumentado las tensiones internacionales. A pesar de los esfuerzos de los diplomáticos y líderes mundiales, Europa se enfrenta a una nueva guerra internacional, potencialmente más intensa que los conflictos en curso en las fronteras de Rusia. Las excesivas posturas militares, las amenazas de conflicto nuclear y el reciente ejercicio militar de las fuerzas de la tríada nuclear rusa (incluido el disparo de dos misiles balísticos intercontinentales con capacidad nuclear) han vuelto a situar una guerra nuclear a gran escala en el ámbito de lo posible. La ineficaz respuesta internacional a la anexión de Crimea por parte de Rusia en 2014 ya ha demostrado los modestos límites de las medidas diplomáticas.
La situación ha alcanzado un punto de inflexión. Bajo el disfraz de una misión de mantenimiento de la paz, ahora se ha ordenado a las tropas rusas que entren en el territorio de Ucrania, en clara violación del derecho internacional.
Como miembro de las Naciones Unidas, Rusia ha acordado "abstenerse en sus relaciones internacionales de la amenaza o el uso de la fuerza contra la integridad territorial o la independencia política de cualquier Estado" (artículo 2). El Memorando de Budapest exige a Rusia "respetar [...] la independencia y la soberanía de Ucrania en las fronteras existentes" y "abstenerse de la amenaza o el uso de la fuerza contra [...] Ucrania". Por último, los Protocolos de Minsk pretenden "devolver el control de la frontera estatal al gobierno ucraniano en toda la zona de conflicto" y especifican la "retirada de todas las formaciones armadas extranjeras, del equipo militar y también de los mercenarios del territorio de Ucrania". El gobierno ruso ha ignorado y violado abiertamente estos tratados internacionales, hasta ahora sin consecuencias tangibles.
Como federalistas mundiales, esta escalada que podría desembocar en una guerra total nos alarma profundamente. La abolición de la guerra y el establecimiento de la paz son fundamentales para crear una sociedad global justa y democrática, y creemos firmemente que los federalistas mundiales deben denunciar y condenar a cualquier agresor de dichas tensiones.
Les pedimos que se unan a los Jóvenes Federalistas Mundiales en esta causa para pedir las siguientes medidas inmediatas para aliviar el problema y proteger a las personas en peligro:
1. Desplegar fuerzas de paz de la ONU en la región ocupada para garantizar la estabilidad,
2. Aplicar sanciones más estrictas y específicas contra los dirigentes rusos por estas repetidas provocaciones,
3. Conceder la exención de visado a los ucranianos que tengan que huir de la guerra y buscar asilo en el extranjero, y
4. Garantizar que las misiones de ayuda humanitaria tengan acceso a la región y puedan llegar a los civiles que lo necesiten.
Además, la crisis pone de manifiesto las deficiencias de la seguridad internacional basada en tratados voluntarios. La paz mundial sólo puede garantizarse mediante un derecho mundial aplicable y haciendo que los agresores respondan de sus actos.
A la luz de esto, reiteramos nuestras demandas de las siguientes reformas institucionales a largo plazo:
5. Eliminar el veto de los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU,
6. Establecer una Asamblea Parlamentaria de la ONU con representación proporcional,
7. Conceder jurisdicción universal a la Corte Penal Internacional en la que los individuos tengan legitimidad, y añadir otros crímenes que afectan a toda la humanidad a su ámbito de aplicación,
8. Hacer que el presupuesto de la ONU sea independiente de las contribuciones nacionales, por ejemplo, mediante la aplicación de un reducido impuesto mundial,
9. Establecer una fuerza permanente de reacción rápida bajo el comando de la ONU,
10. Reconocer la supremacía de las leyes de derechos humanos de los derechos humanos establecida internacionalmente sobre la legislación nacional, y
11. Continuar el apoyo a los movimientos y procesos de democratización en todo el mundo.
Aunque los federalistas mundiales se oponen a la guerra, no debemos caer en la falacia de rechazar toda ayuda militar. Tanto los ciudadanos ucranianos como los rusos son víctimas de la retórica y las acciones agresivas de Putin y sus cómplices y necesitan nuestro apoyo. Nuestro objetivo debería ser más bien proteger al pueblo ucraniano del acoso de una potencia nuclear mayor, y establecer un orden internacional en el que Ucrania no tenga que temer una invasión.
Los federalistas del mundo deberían estar con el pueblo ucraniano y esforzarse por crear las condiciones para abolir la institución de la guerra, de una vez por todas. Tengamos presente el credo de los Federalistas Mundiales Unidos, nuestros precursores estadounidenses en la década de 1950:
Creemos que la paz no es sólo la ausencia de guerra, sino la presencia de la justicia, de la ley, del orden, en definitiva, del gobierno y de las instituciones de gobierno; que la paz mundial sólo puede crearse y mantenerse en el marco de un derecho mundial, universal y lo suficientemente fuerte como para evitar los conflictos armados entre las naciones.
Te invitamos a unirte a nosotros en nuestro apoyo a una federación mundial democrática con los medios para situar los asuntos internacionales sobre la base de un derecho mundial aplicable y transparente, y hacer que los agresores rindan cuentas.
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Acerca de YWF
Los jóvenes federalista mundiales son una organización sin ánimo de lucro 501(c)(3) y miembro asociado del movimiento federalista mundial. YWF cree que el sistema de paises soberanos en competición mutua no permite resolver los problemas que nos conciernen a todos. YWF propone una nueva forma de gobierno mundial en la que la humanidad coopere para asegurar el interés común a través de una federación democrática.
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